domingo, 24 de diciembre de 2023

¿Feliz Navidad?

 Nunca dejará de sorprenderme la manera que Occidente ha transformado la celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret (personaje histórico) o Jesucristo (el Cristo de la fe, para los creyentes) en una pantagruélica celebración del consumo.

Quizás sea porque son pocos los que viven de manera coherente en la enseñanzas de Jesús de Nazaret, plasmadas claramente en los evangelios. Quizás sea, también, porque muchos no acaben de creer del todo lo recogido en esos escritos bíblicos.  En una viñeta, Quino muestra a una señora con un abrigo de pieles que da limosna a un persona que pide a la puerta de una iglesia, al tiempo que dice algo así como "como os la habéis apañado los pobres para quedar bien en los evangelios".

El caso es que en coincidiendo con la celebración del nacimiento de quien dio un protagonismo central a los pobres, se dispara el consumo de manera orgiástica. Eso estando al borde el desastre ecológico.

Si estamos al borde del colapso. El ser humano (unos más que otros, en función de su nivel de consumo, todo sea dicho) se ha convertido en una plaga para el planeta. Recordemos que la Tierra es un sistema cerrado y los recursos limitados, siendo la luz solar el único insumo que viene del exterior. Y ese planeta viven varios miles de millones de humanos que consumen recursos como si estos fueran ilimitados (unos más que otros, insisto). Hemos llenado el planeta.

Verdolaga.  Esa la mala hierba que aparece en la fotografía inferior. Es comestible. En un parque cogí una pequeña planta y la trasplante en es maceta. Es una planta que crece a ras de suelo y de manera radial. Así si un vaca, por ejemplo, la pisa la planta sufrirá daños, pero una parte considerable de la planta permanecerá indemne. La pequeña planta ya ha ocupado la totalidad de la maceta. Incluso la ha desbordado. En el proceso, el resto de plantas que nacieron de manera espontánea en el macetero han desaparecido masacradas por la verdolaga.  Algo así hemos hecho los humanos (unos más que otros) con el planeta.




Fíjense ahora en el cactus de la siguiente fotografía.





Exactamente lo mismo. La planta ha desbordado la maceta y un tallo cuelga, buscando espacio para seguir creciendo. Si encontrara otra maceta debajo, haría exactamente lo que la lectora está pensado: colonizaría la nueva maceta.

No hay planeta B suelen decir los ecologistas. Pero lo cierto es Elon Musk, Bill Gates y otros multimillonarios están demasiado interesados en la carrera espacial. Quizás sea han dado cuenta de que gracias principalmente a ellos, el planeta A ya está lleno y esquilmado, y se estén preparando para que sus nietos busquen ese planeta B.

Si pueden, y Rey de Reyes o el peplum que hayan programado las televisiones no les interesa, busquen No mires arriba. Es muy ilustrativa. Feliz Navidad.










sábado, 16 de diciembre de 2023

¿Estamos locos? Sí, pero mejor ve al sindicato


No has dormido bien. Puede ser que tu hijo pequeño ha pasado mala noche y su tos o su llanto no te han dejado pegar ojo. Puede ser que tu padre con Alzheimer se levanta cada media hora y se viste para ir a trabajar, refunfuñando porque el despertador no ha sonado. Puede ser que se acerca el primer día de mes, y no tengas con qué pagar la mensualidad de la hipoteca o el recibo de la luz. O que vives hacinado en un piso por el que pagas una cifra astronómica. 

El transporte público, con sus retrasos y la aglomeración de viajeros, tampoco ayuda. Sales del metro o te bajas del cercanías sudada, cansada y enfadada. Llegas a un trabajo donde tu jefe considera que ser arbitrario, humillar a su subalternos, forma parte de las skills del buen líder. Quizás tenga el pene pequeño, su vida sexual sea un desastre o en la infancia le laminaron la autoestima por ser pobre y gordo y llevar gafas. Pero lo pagas tú. El salario no da para mucho, y encima no sabes si, a pesar de que ahora los contratos se presupongan indefinidos, te echaran antes de que finalice el período de prueba o te echen usando alguna escusa que se parezca vagamente a las causas de despido objetivo. El trabajo que te toca hacer es el dos personas, está mal organizado, tu responsable directo no te respalda y cuestionar cualquier cosa te acerca a la pérdida del empleo. Tienes que salir corriendo conforme salgas del trabajo, porque no llegas a recoger a tus hijas al colegio. Eso si no te tocas quedarte, hacer horas extras que no te van a compensar, porque hay que sacar el trabajo entre todos y mostrar compromiso con la misión de la empresa (que suele ser generar beneficios para sus propietarios). Otro viaje en transporte público. Luego tocará la segunda jornada, en casa, sobre todo si eres mujer. Mejor dicho, si eres mujer. 

Cuando llegas a la cama, te pareces a Jack Nicholson en Alguien voló sobre el nido del cuco.

Con el paso del tiempo notarás que tienes problemas musculoesqueléticos, probablemente el cuello te duela o la mandíbula se te ponga rígida, dormirás mal, tendrás problemas gástricos... Pero te dirán que no sabes manejar el estrés, que te faltan competencias personales. Y te dirán que hagas mindfulness o deporte o que tomes infusiones, que leas libros de filosofía estoica o que disfrutes de los pequeños placeres de la vida (los que te puedes pagar, claro). Si la cosa va a más, un día vas a la consulta del médico de atención primaria que, probablemente te recete diazepam o cualquier otro ansiolítico. Otra opción, si te la puedes permitir, es acudir a la consulta de una psicóloga.

En cualquier caso, como digo, te dirán que eres tú y tu falta de competencias emocionales. La psicologización de las relaciones laborales. El diagnóstico y la solución que interesan a los que quieren que no cambie nada. Al contrario que algunas rupturas sentimentales, eres tú, no yo.

Pero las cifras nos hacen pensar que la cosa es más compleja. Hasta el 1 de octubre de 2023, se han producido 451.646 bajas laborales por salud mental. En mayo de 2023, se batió el récord histórico, con 56.000 bajas mensuales, por encima de las 51.000 bajas mensuales durante el confinamiento. Estas bajas suponen el 15% del total de las bajas. Con mayor incidencia entre las mujeres (17%) que entre los hombres (12,4%). La duración media de estas bajas es de 108 días, sólo superadas por las causadas por los tumores y las cardiopatías. La tendencia, desde 2016 ha sido claramente alcista: se han incrementado las bajas por problemas mentales un 81,5% desde 2016. En términos económicos, el coste de la depresión en España supera los 6.000 millones de euros anuales. 

No parece que sea un problema individual. Y las causas tampoco parecen estar en déficits personales. Más bien tiene que ver con la reorganización o la inseguridad en el puesto de trabajo. trabajar muchas horas y una carga de trabajo excesiva, o el acoso y la violencia en el trabajo.

El informe sobre salud mental del Relator Especial para el derecho a la salud de las Naciones Unidas para, de 2019, dice deja claro la correlación directa entre un sindicalismo fuerte y la mejor salud mental de las trabajadoras. Al fin y al cabo, donde hay sindicatos fuertes la protección de la salud laboral es mayor, las cargas de trabajo y la precariedad laboral menores, existen protocolos contra el acoso en todas su formas...

En conclusión: para afrontar problemas de salud mental relacionados con el trabajo, es mejor afiliarse a un sindicato que acudir a la consulta de una psicóloga.