domingo, 12 de septiembre de 2021

Paseo de Jane por Arganzuela

Jane Jacobs, fallecida en 2006, fue una periodista  escritora norteamericana, autora de un libro titulado Vida y muerte de las ciudades, publicado en España por Capitán Swing. Un libro de urbanismo, de enorme influencia, escrito no por una urbanista sino por una ciudadana comprometida con las ciudades vivas, en las que conviven personas y actividades diversas, y que no están al servicio de intereses especulativos y/o de la industria del automóvil.Vamos, como Madrid.

Para hacerse una idea de la influencia del libro y de los motivos de Jacobs para escribirlo, es harto recomendable ver el documental Citizen Jane: batalla por la ciudad. Está disponible en Filmin, por ejemplo. Aquí el tráiler

Jacobs nació el 4 de mayo de 1916. Por esto, para celebrar esa efemérides, en un buen número de ciudades del planeta se organizan los Jane’s walk, los paseos de Jane. Se recorre una parte de la ciudad, organizando el paseo conforme a unos principios concretos, y además de disfrutar del encuentro y el paseo los participantes pueden conocer los problemas y movilizaciones vecinales.

Si alguien está interesado en organizar un paseo de Jane, puede consultar la web del proyecto. También puede leer un librito titulado Cómo hacer un paseo de Jane, de Susana Jiménez, y publicado por la editorial Continta me tienes. En Youtube, hay un interesante conferencia de Susana Jiménez dando una conferencia en el Colegio Oficial de Arquitectura de Cantabria, sobre esta metodología

Claro está, no es preciso esperar al 4 de mayo para organizar un paseo de Jane por un barrio o una ciudad.

Hoy, domingo 12 de septiembre, El EVA (EspacioVecinal Arganzuela) ha organizado un paseo de Jane por Arganzuela. Hemos podido conocer qué está pasando con el mercado de frutas de Legazpi; cómo afectan las cocinas fantasma a los alumnos del CEIP Miguel de Unamuno; la falta de equipamientos públicos que padece este distrito; una interesante (para quien se lucra) jugada en unos terrenos públicos utilizados de manera cómo no están previstos (Espacio Delicias); y cómo el barrio de Méndez Álvaro ejemplifica un urbanismo de calles vacías y grandes avenidas para facilitar el uso del automóvil privado. Podríamos haber leído sobre todas estas cuestiones, pero escucharlo de mano de quién padece los problemas, dando un paseo tranquilo una mañana de domingo es más ameno.

Algunos vídeos de paseos de Jane por varios de Madrid.

El Barrio de las Letras

La Cañada Real

San Blas

Espero que pronto, subamos un vídeo sobre el un paseo de Jane por Usera

 

 

domingo, 5 de septiembre de 2021

Gastronomía globalizada

"Cocinar nos hizo humanos"

Esta afirmación la hizo el bioquímico y biólogo evolucionista Faustino Cordón. La biografía de Cordón daría para que alguien hiciera una película. Si alguien está interesado, en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, hay una entrada dedicada a él: 

Cocinar nos hizo humanos: pasando por el fuego los alimentos nos separamos evolutivamente de los primartes. Vázquez Montalbán, al que unían afinidades políticas con Cordón, recoge en varios de sus escritos esta afirmación del bioquímico. A Vázquez Montalbán le gustaba la cocina. En una entrevista televisiva le preguntaban por qué escribía, a lo que respondió era lo único que sabía hacer, salvo cocinar. Si no fuera escritor, si acaso, podría ganarse la vida como cocinero. 

He pasado una semana en Barcelona. Esperaba encontrar un panorama gastronómico que explicara el sustrato culinario de las novelas de Carvalho. Y lo que he encontrado han sido pizzerías, kebabs y chinos regentando bares. La Boquería, el mercado al que acude el personaje Carvalho cuando la morriña le lleva a cocinar, es un parque temático para turistas, como le ocurre al mercado de San Miguel en Madrid. 

Y es que, al fin y al cabo, Barcelona, como Madrid, Hamburgo, Londres, Milán, París... no es una ciudad española, ni la capital de Cataluña. Es una región en el sentido en que el geógrafo David Harvey le da a esta palabra: un ámbito geográfico, de extensión limitada, que compite en el mundo globalizado con otras regiones. Barcelona tiene más conexiones (flujos monetarios, relaciones comerciales, trasvases de información...) con Nueva York o con las ciudades/regiones citadas que con Lérida.  

Podría mantenerse lo local, al menos en lo gastronómico. La globalización ha tenido también su dimensión gastronómica. Pensemos que hace cuarenta años la pizza o el falafel eran ajenas a nuestra dieta. Pero podría haber cocina catalana en Barcelona, sin tener que dejarse un dineral en el intento, y sin tener que ir al restaurante ex profeso. 

Pero es que además de ser un hub en el sistema-mundo, Barcelona también es un destino turístico. Un destino de primer orden en cuanto al número de turistas que recibe. La cosa tomó tal dimensión que el gobierno municipal de Colau aprobó una tasa turística. Al parecer, sin COVID, la vida de los barceloneses se ve afectada sobremanera por la riada de visitantes. Me contaba una comerciante del barrio de Gràcia que, durante las fiestas, los habitantes del barrio se marchaban porque la marea humana y el ruido se hacían insoportables.

Turismo que no es turismo gastronómico. Turismo de masas, que ve con buenos ojos encontrar cosas para comer que conoce. Y la pizza, el kebab, la pasta y lo que los que no son vecinos de Usera suponen comida china, son un estándar gastronómico que conocen un turista parisino o uno finlandés. En Barcelona o en Palermo. Si acaso, al canon gastronómico global se incorporan algunas especialidades locales, como la paella. 

Cocinar nos hizo humanos, y la globalización neoliberal ha hecho que cocinemos todos lo mismo. Una sola lengua, un solo pensamiento, una sola comida…