lunes, 14 de septiembre de 2020

Otro aspecto de la brecha de género

La relación de mujeres y hombres con el empleo no es simétrica. Por todos son conocidos conceptos como el techo de cristal (la dificultad o imposibilidad de las mujeres para llegar a los puestos más altos en las empresas) o la brecha salarial (el salario medio de una mujer es inferior al de un hombre). Por otro lado, las mujeres viven una situación de doble jornada, la laboral y la de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos. Hay profesiones, que todos tenemos en mente, que están claramente feminizadas, siendo ocupaciones en las que las condiciones laborales son peores que aquellas que presentan un equilibrio entre el número de hombre y mujeres y aquellas otras en las que predominan los hombres. Todos estos hechos los agrupamos bajo la denominación de brecha de género.

Si nos fijamos en la Estadística de Flujos de la Población Activa (EFPA), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), descubriremos una nueva faz de este fenómeno social. La EFTA estudia a lo largo del tiempo la relación con el empleo de determinados colectivos de personas (mujeres, jóvenes, mayores de 45 años…), midiendo los flujos de entrada y salida del mercado laboral.

La EFPA tiene carácter trimestral, y hay resultados de la EFTA después del verano. Esto nos lleva a preguntarnos si el verano afecta al empleo femenino, y más uno como el actual sin campamentos ni colonias que ayuden a conciliar. La respuesta es que el verano tiene una incidencia sobre el empleo femenino y esta es negativa: entre los años 2010 y 2019 un promedio de 325.730 mujeres dejaban de trabajar en verano, frente a los 220.260 hombres que seguían el mismo camino. De estas mujeres, el 35.5% dejaban el empleo por razones relacionadas con el cuidado de menores, frente al 9.5% de los varones.

Este hecho supone una solución ineficaz para la resolución del problema de la conciliación de la vida familiar y laboral. En primer lugar porque haciendo una comparación estadística, las mujeres que dejan de trabajar en verano tienen un bagaje formativo y experiencial mayor que los hombres en la misma situación. En segundo lugar, porque supone la ruptura de la trayectoria laboral de la mujer, ruptura difícilmente superable y con consecuencias muy negativas en su futuro salario real y potencial, así como en las prestaciones de jubilación. 

Luego hay quien niega la existencia de la brecha de género. No os enfadéis, mandadles esta entrada.

Os dejo un vídeo del INE en el que se explica qué es la población activa y algún concepto conexo.

 

PS. Si alguien sufre de insomnio y quiere conciliar el sueño, le aconsejo que lea este documento del INE sobre la EFPA: https://bit.ly/2Rtg3aR  Es broma, es la mar de interesante. 

 

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